Hasta un tercio de los que vienen a trabajar a Holanda son parejas. "Vemos una tendencia a que cada vez más personas busquen trabajo juntas", dice Linda ten Teuling, directora de una agencia de contratación en los Países Bajos. Los psicoterapeutas afirman que esta tendencia es bienvenida, ya que a las parejas les resulta más fácil hacer frente a los retos psicológicos que se les plantean.
Los empleadores tienen un enfoque diferente
Žygimantas Zdavaničius, de 24 años, que trabaja en los Países Bajos por segundo año, no oculta que la segunda vez que trabajó en los Países Bajos junto con su novia, todos los retos parecieron más fáciles de superar. Dice que los empresarios prefieren a las parejas porque son trabajadores más fiables cuando vienen juntos. Es menos probable que cambien de trabajo, se quedan más tiempo, se adaptan más fácilmente a las nuevas condiciones de vida y están más motivados para trabajar y ganar.
Johan Van Zutphen, director de la agencia de contratación Robin, señala que la actitud de los demandantes de empleo de Lituania, Letonia, Polonia, Rumanía y Portugal hacia el empleo temporal está cambiando. «En los ocho años que llevamos trabajando aquí, el rostro del expatriado ha pasado de ser el de una persona temerosa, cohibida e insegura, a ser el de una persona tranquila y motivada, que sabe que va a cobrar un salario justo, que va a tener buenas condiciones de vida y que va a ser atendida», dice J. Van Zutphen. «Nos complace especialmente ver la tendencia creciente de las parejas que buscan trabajo en el extranjero. Es una especie de reconocimiento a nuestro trabajo constante: nuestros empleados nos confían no sólo su futuro, sino también el de su persona más preciada.»
A las parejas de habla inglesa les resulta especialmente fácil conseguir un trabajo ahora. Para los que no hablan el idioma, la espera de una oferta de trabajo es más larga.
«Acogemos muy bien a las parejas», dice L. ten Teuling, directora de una agencia de contratación de los Países Bajos, «pero no podemos garantizar que los convivientes trabajen en el mismo lugar de trabajo o que los turnos estén coordinados».
«Estamos especialmente satisfechos con la creciente tendencia de las parejas a buscar trabajo en el extranjero. Es una especie de reconocimiento a nuestro trabajo constante: al fin y al cabo, nuestros empleados nos confían no sólo su futuro, sino también el de su persona más preciada.»
Un compañero de piso conocido es una ventaja
Sin embargo, hay una ventaja para las parejas visitantes: las agencias de empleo les ponen en la misma habitación. Linda, una holandesa, bromea: «Siempre sabrás quién es tu compañero de habitación».
Según la prometida de Segismundo, Lina Girskytė, las parejas tienen mejores condiciones de vida: «Ahora nos alojamos en una casa con nueve personas: tres parejas en habitaciones dobles y tres mujeres en habitaciones individuales».
Sin embargo, la principal ventaja de trabajar en pareja es la comodidad psicológica. «El trabajo no es fácil, un día puede ir bien y al día siguiente no va bien y te estresas», dice Ž. «Pero llegar a casa y tener una segunda parte es tranquilizador, reconfortante, motivador. Claro que un buen compañero de piso tampoco está mal, pero no así».
Recomendado:
Los solteros recién llegados se arriesgan
Llegar sin pareja hace más difícil afrontar los retos psicológicos que conlleva. «Tuve un conocido que planeaba un futuro brillante en Lituania. Al principio estaba decidido a conseguir sus objetivos, pero poco a poco se fue desviando: no soportaba la soledad y empezó a gastar todo su dinero en placeres». El amigo que se quedó en Lituania no pudo hacer nada», recuerda amargamente Žygimantas.
Según el psicoterapeuta Raimundas Alekna, toda persona que deja su entorno habitual y a sus seres queridos pasa por lo que se conoce como «proceso de duelo». La gran ventaja es que para los convivientes las condiciones no cambian tanto, porque la persona más preciada viaja junta».
El proceso de duelo consta de cuatro fases:
- La fase de negación:
La persona no experimenta ningún cambio emocional importante. - Fase de ir:
El emigrante empieza a buscar a alguien a quien culpar: enfadado con su cónyuge, con sus hijos por tener que irse, o enfadado por cuestiones domésticas. - Fase de depresión:
La persona comienza a dudar de sí misma, a tener sentimientos negativos sobre sí misma o sobre sus posibilidades. - Puede aparecer el pánico:
cómo se enfrentarán a los retos, si serán capaces de afrontarlos. - Fase de aceptación:
La persona que vive el proceso de duelo empieza a pensar de forma constructiva, a buscar argumentos y soluciones para aceptar los retos y superar las dificultades.
«La gran ventaja es que las condiciones de convivencia se ven menos afectadas porque la persona más valiosa viaja junta»
Una adaptación exitosa
Según la psicoterapeuta, algunas fases del proceso de duelo se prolongan para algunas personas, mientras que para otras pasan más rápidamente. «Lo más importante es el grado de conocimiento que se tiene de la prueba: si se acepta como algo natural y se es capaz de «superarlo» de forma saludable», dice Alekna. «Lo más probable es que las dos personas que atraviesan el viaje pasen por fases diferentes en momentos distintos, y por tanto sean capaces de entenderse y apoyarse mutuamente».
Cuando una persona es incapaz de enfrentarse a los retos internos, disminuye su interés por el entorno y su disposición a profundizar en los problemas del reto. La motivación para trabajar suele disminuir, los sueños y los planes se alejan. Para el ensimismado, existe una fuerte tentación de huir de sí mismo y olvidarse, al menos durante un tiempo, de sumergirse en el placer.
Como dice Žygimantas, que lleva dos años viviendo en Holanda, es mejor ir en pareja: «Hay alguien que te coge y te sacude, para decirte: «¿A qué hemos venido, a ganar dinero? El objetivo es ganar dinero, no tirarlo. Aquí hay todas las condiciones para ello, sólo hay que usarlas con sabiduría».
Registrarse para trabajar en el extranjero